Esto es algo que he ido escuchando en mis clases de español como lengua extranjera a lo largo de los años. Muchos estudiantes aseguran que cuando empezaron a estudiar español avanzaron muy rápido, pero cuando llegaron a un nivel A2, aproximadamente, sintieron que se estancaron.
¿Por qué pasa esto? Esta lengua se aprende relativamente fácil, al principio. Sobre todo, porque casi todo el mucho ya conoce algunas construcciones como las presentaciones, los saludos y demás frases más o menos conocidas.
El problema llega cuando empiezan a aparecer temas más complicados como, por ejemplo, los diferentes tiempos del pasado o los usos del subjuntivo. A partir de aquí, es importante practicar de manera más concienzuda porque, como sabes, hay muchos usos para cada tiempo y cada modo.
A partir del final de A2 y principio de B1 todo el mundo empieza a formarse un batiburrillo con todos los pasados, con el imperativo, con las diferencias de ser y estar, etc. Esto es completamente normal. El nivel intermedio de español es, sin duda, el más complicado y puede generarnos una sensación de haber perdido todo lo aprendido anteriormente. Pero es bueno saber que esto es una falsa sensación de involución.
Aprender consiste en ir acumulando más conocimientos y en asentar unos con otros y, por supuesto, se pasa por una fase de acomodación de los nuevos conceptos que puede generar una sensación de confusión. Así que no te desanimes y piensa que si tienes un contacto frecuente con el idioma y practicas asiduamente, aunque tengas una impresión de retroceso, no vas a olvidar lo que ya sabes.